El contratista inicia con optimismo al conocer el proceso básico.
Se siente bien preparado al tener toda la documentación lista.
Confía en que su proyecto arquitectónico cumple con normativas.
Al verificar documentos, se siente preparado para el trámite.
Al llegar a oficinas, siente incertidumbre por filas y esperas.
Personal puede solicitar documentos adicionales no especificados.
Al obtener folio, siente que el proceso avanza correctamente.
Con aclaraciones del funcionario, comprende mejor el proceso.
Durante revisión técnica, teme que encuentren observaciones.
Sin noticias del expediente, se preocupa por posibles rechazos.
Al recibir observaciones, teme retrasos y costos adicionales.
Al corregir proyecto, se enfoca en cumplir todos los requisitos.
Al conocer monto de pago, se tranquiliza que el proceso avanza.
Con comprobantes en mano, siente que está cerca del final.
Al recibir licencia, se siente exitoso y aliviado del logro.
Con licencia en mano, puede iniciar legalmente su proyecto.